- Contraseñas. Emplea contraseñas robustas (combinaciones de letras, números y símbolos) y únicas para los diferentes servicios. Habilita la autenticación en dos pasos (2FA) siempre que sea posible para una protección adicional. Si te resulta complicado gestionarlas, considera un gestor de contraseñas.
- Bloqueo de sesión. Dejar tu ordenador o móvil sin vigilancia equivale a dejar tu oficina abierta. Bloquea tu pantalla con una contraseña o patrón cuando te ausentes, incluso por unos minutos. Evita que terceros accedan a información sensible.
- Mesas limpias. La regla de «mesas limpias» asegura que la información sensible esté protegida y fuera del alcance de ojos curiosos. Evita dejar documentos confidenciales a la vista. Esta debe manejarse con discreción y almacenarse en lugares seguros.
- Dispositivos extraíbles. Los pendrives y discos externos pueden ser una puerta de entrada para malware. Asegúrate de que estén autorizados por las políticas de la empresa y escanéalos con un antivirus antes de abrirlos.
- Borrado y eliminación de información. La información tiene un ciclo de vida. Cuando finalice, no basta con eliminar archivos o tirarlos a la papelera. Asegúrate de utilizar métodos seguros para destruirla, ya sea a través de herramientas de borrado digital o trituradoras de papel para documentos físicos confidenciales.
- Wifi. Usa conexiones seguras. Prioriza conectarte a Internet a través de redes privadas o los datos móviles de tu dispositivo. Acceder a redes Wi-Fi públicas sin las medidas de protección adecuadas con es peligroso y puede exponer tus datos.
- Ingeniería social. Los ciberdelincuentes pueden intentar engañarte y manipularte con técnicas de ingería social. Utilizan fraudes tipo phishing (correos fraudulentos), vishing (llamadas falsas) y smishing (mensajes de texto maliciosos) que solicitan información personal o financiera. Aprende a identificar estas amenazas y actúa con precaución para evitarlas. Protégete.
- Adjuntos correo electrónico. Desconfía de correos electrónicos con adjuntos o enlaces que no esperabas recibir. Verifica siempre el remitente antes de abrir cualquier archivo o hacer clic en un enlace sospechoso.
- Aplicaciones. Revisa la política de aplicaciones de la empresa, y en caso de que fuera necesario y esté autorizado, descarga software o aplicaciones únicamente desde fuentes legítimas, páginas verificadas o markets oficiales. Esto reduce significativamente el riesgo de instalar programas maliciosos.
- Políticas internas. Las empresas tienen procedimientos y normativas específicas para la protección de sus activos digitales y para protegerse contra ciberataques. Familiarízate con ellas y sigue las instrucciones para garantizar un entorno digital seguro en tu trabajo.
Adoptar estas buenas prácticas en el día a día es un paso clave para mantener segura la información de la empresa y prevenir incidentes de ciberseguridad, aunque la clave principal para evitar sufrir un ataque de seguridad es la prevención y uso del sentido común. Recuerda que la formación y la concienciación son herramientas esenciales para reforzar la defensa de cualquier organización.